Farmacia Victoria Moreno Caselles - Orihuela, Alicante

Carmen Rizo Sánchez

El pasado 16 de marzo acudí al veterinario porque uno de los gatos de la calle a los que cuido apareció con la pata fracturada. Éste me mandó el principio activo de cloridato de clindamicina 88mg. A pesar de que lo vendían en jarabe allí mismo, decidí que, dado el carácter esquivo del animal, sería más conveniente suministrárselo en pastilla; así que el veterinario me expidió una receta y me acerqué a la farmacia más cercana.
Una vez allí, el farmacéutico me dijo que no lo tenían allí pero que podrían pedirlo. Sin embargo, me avisó de que iban a darme mucha cantidad. Yo le dije que eso no era un problema; así que quedaríamos en que me avisaría.
La semana siguiente recibí una llamada de la farmacia para avisarme de que ya habían recibido el pedido. El viernes 22 de marzo mi marido acudió a la farmacia para recogerlo y cuando procedió a pagar se llevó la gran de sorpresa de que el antibiótico costaba nada más y nada menos que 114,16 euros. Mi marido intentó contactar conmigo para informarme de la situación pero no pudo porque yo estaba trabajando. Fue entonces cuando le dijo al farmacéutico que el producto era demasiado caro y que no podía afrontar el pago. Sin embargo, él no le dio opción y le obligó a llevárselo: le dijo que no había otra opción que pagarlo porque no podía devolverlo. Ante tal tesitura, él pagó y se marchó.
Al día siguiente, llamé a la farmacia y hablé con la persona que había atendido a mi marido. Me aseguró que iba a hacer todo lo posible para que me devolvieran el dinero pero que no podía asegurármelo. Días después se me informó de que no podían devolverme el dinero. Le expliqué al veterinario lo que me había ocurrido y me dijo que era cierto que los medicamentos no podían devolverse pero que también era ilegal que me hubiesen vendido una caja con nada menos que 120 comprimidos cuando; primero, éste es un formato que solamente se vende a veterinarios colegiados y, segundo, yo necesitaba a lo sumo 20 pastillas.
Ahora me encuentro con la siguiente situación:
1. El medicamento lo tengo intacto en mi casa ya finalmente, debido a la tardanza en suministrarlo, se lo compré al veterinario en jarabe y he utilizado este formato. Así que he tirado 114,16 euros a la basura.
2. Me parece poco ético que el farmacéutico no nos avisara de antemano sobre el elevado coste del mismo. Si yo lo hubiera sabido de antemano, jamás lo hubiera encargado.
3. Entiendo que los medicamentos no puedan devolverse pero es que el farmacéutico nos puso entre la espada y la pared y nos obligó a comprarlo aunque le dijimos que no podíamos asumir el coste.
Jamás volveré a esta farmacia que no mira por el consumidor y no hace nada para resolver un problema debido a una clara falta de comunicación.

GRACIAS POR SU PRONTA RESPUESTA. Sé que los medicamentos no pueden ser devueltos una vez dispensados y una vez que han salido de la farmacia; de hecho, conozco la ley que lo regula (Ley 29/2006). Sin embargo, lo que yo denuncio aquí es el habernos obligado a pagarlo y llevárnoslo a casa a pesar de que le dijimos que no podíamos afrontar el coste y aún sabiendo que era imposible su devolución tras sacarlo de la farmacia. Es por eso que creo que ustedes actuaron de mala fe y no se pusieron en ningún momento de parte nuestra. Sabían de sobra que una vez que el antibiótico abandonara sus instalaciones, iba a ser imposible devolverlo. ¿Por qué lo hicieron entonces? Solamente quiero que sepan que esto no va a quedar solamente en una reseña de google: las acciones legales están de camino. Saludos cordiales.

Mari Carmen López cuenca

Si es lo valoro con un 10 y a la gente que trabaja allí super amable, simpática, a tu disposición de inmediato, cualificado para ello

ANDRES RODRIGUEZ RUIZ

Trato deleznable. No resuelven problemas y con una calidad humana bastante mejorable.
Mi experiencia con esa farmacia deja mucho que desear.

Fernando Javier Sigüenza Vera

Todo correcto

Manuel Pazo

Atención y profesionalidad excelentes…!!!

Maria Luz Anzolas

Muy atentos con los clientes , y con mucha amabilidad y simpatía.

Javier Sanchez

Las farmacéutica de diez

Cándido Gómez García